sábado, 17 de febrero de 2007

Alta Fidelidad

USA, 2000
Dirección: Stephen Frears. Intérpretes: John Cusack, Iben Hjejle, Jack Black, Todd Louiso, Joan Cusack, Joelle Carter, Lisa Bonet, Lily Taylor, Catherine Zeta-Jones, Tim Robbins.

Alta sensibilidad.

La ruptura con Laura, su última novia, hace que Rob (John Cusack) comience a contarnos las 5 rupturas amorosas más traumáticas de su vida. Esta última parece en principio la excusa que da rienda suelta a toda una serie de anécdotas, porque como él mismo le dice a Laura: "no estás entre las 5 más importantes".

A su vez, Rob es dueño de una disquería que es como un segundo hogar donde él y sus amigos pueden ser ellos mismos. Recuerda en esto a Auggie Wren (Harvey Keitel) y su cigarrería en Cigarros. Este tenía el hobby de fotografiar su esquina (la de la cigarrería) todos los días, para poder observar el paso del tiempo y la diferencia entre un día y otro. Rob junta discos viejos de vinilo y hasta se propone ordenarlos de forma autobiográfica: en relación con las épocas de su vida a las que le recuerdan. También tiene la manía de buscar los Top 5 de todas las cosas. En ambos casos se trata de extrañezas aparentemente inútiles. Claro que no lo son. Son esas actividades las que les dan sentido a sus vidas, las que les van a permitir acercarse más a ellos mismos. Y a nosotros.

Todo el tiempo en el lenguaje del unipersonal, John Rob Cusack nos lleva en un relato que va y viene en el tiempo sin perder coherencia. La cronología, al igual que ocurre con los discos, está dada por él: son sus mismas ocurrencias las que le van dando orden a la historia.

Stephen Frears, junto a John Cusack -también coguionista y productor de la película-, se plantea hacer una visión masculina de las relaciones de pareja. En este sentido hay una cierta similitud con lo que viene proponiendo la directora alemana Doris Dörrie en películas como Soy linda? o Nadie me quiere. Sólo que ésta lo hace desde una perspectiva femenina (no por eso feminista). En Alta fidelidad la visión es la del hombre. Pero al igual que Dörrie, Frears no se propone ni una mirada machista ni generar una batalla de los sexos. Más bien comprender la perspectiva de Rob y ver en él la sensibilidad masculina en general.

En cuanto a las actuaciones, la de John Cusack es un lujo. Vuelve a destacarse luego de Quieres ser John Malkovich?, superándose. Iben Hjejle cumple muy bien con su rol. En estos momentos también se la puede ver en Secretos de familia, la última película del Dogma. En Alta fidelidad tiene un poco menos de brillo que en aquélla, quizás porque esta película requería de personajes que no opacaran la figura principal de Cusack. Por último, el trío que forma Rob con Dick (Todd Louiso) y Barry (Jack Black), es grandioso. Las escenas con ellos en la disquería son impagables.

La música es mucha y siempre está presente, casi como un personaje más. Rob dice que la selección de temas para grabarle un cassette a una mujer es todo un arte: "hay que expresar todo lo que uno siente a través de la poesía ajena". La película logra este arte de expresarse con la música.

El trabajo de cámara también es interesante. A uno lo va contagiando de los sentimientos por los que va atravesando Rob. Si bien éste nos habla todo el tiempo, lo hace con tal naturalidad como si no estuviéramosa allí. Como si el personaje sólo estuviera hablando consigo mismo. Y quizás es eso lo que está haciendo. La cámara ayuda a darnos esta sensación.

Alta fidelidad produce permanentemente sentimientos opuestos en el mismo instante. Tristeza y amargura, a la vez que ternura y ganas de reír: todas esas sensaciones están siempre en un delicado equilibrio, sin que ninguna logre vencer por completo a la otra. Esto da como resultado una comedia romántica muy emotiva y placentera, lejos de caer en lo cursi, que sin duda merece ser vista más de una vez.

Cecilia Pérez Casco.

Crítica publicada en el Megasitio de Cine Independiente www.cineindependiente.com.ar