martes, 13 de febrero de 2007

Belleza robada

Francia/Italia/Inglaterra
1996
113 min
Dirección: Bernardo Bertolucci
Actores: Liv Tyler, Jeremy Irons, Joseph Fiennes, Sinéad Cusack, Rachel Weisz, etc.

Lucy pedalea. Fuerte. Enfurecida. Con un ensimismamiento que le impide ver la naturaleza que se abre a su paso, sentir el viento en la cara. Pedalea. Como si con esa fuerza pudiera sacar todo el odio y la impotencia que lleva dentro. La decepción, el rechazo. No ve la hierba, ni el sol. Pedalea. No ve los ojos apasionados que la miran pasar. Ni siquiera el camino: se desestabiliza y cae. No registra la ayuda a levantarse. Lo hace sola y sigue su ruta enceguecida.

Lucy (Liv Tyler) llega a un lugar perdido del mundo, en busca de una verdad pero también de una transformación. Inunda con su luminosidad todo lo que la rodea, todo lo que toca. Ningún sitio donde esté volverá a ser el mismo. Pero ella, con su virginidad que lleva como una mochila que ya le aburre cargar, no se da cuenta.

El lugar más hermoso para estar es el amor, le dice Alex (Jeremy Irons) cuando se entera de que ella aún no se ha permitido esa experiencia. Es que para Lucy, el contacto entre un hombre y una mujer está peligrosamente ligado a la violencia y al desamparo. Su propia existencia tiene su raíz en el dolor, aunque todavía no alcanza a precisar de qué forma.

Alex está desapareciendo poco a poco para la vida; se está apagando... Su enfermedad se opone a la vitalidad de Lucy. Sin embargo el vínculo que los une es lo más fuerte que ella construye. Los dos se encuentran en un momento trascendente de sus vidas; ven transformar su cuerpo y dejan algo atrás.

Él cumple para ella varios papeles simultáneos. Es su amor, a pesar de la ausencia de concreción, que no es importante entre ellos; en última instancia queda como algo efímero, circunstancial. Nunca lo hablan, pero él es la primera persona que despertará el deseo separadamente del dolor y más próximo al placer. Al mismo tiempo es su guía, su padre. Alguien que la acompaña y le da cierta tranquilidad, ciertas certezas.

Lucy también es una figura importante para Alex. Ella le transmite una suerte de eternidad, que mitiga al menos un poco el miedo a la muerte. Enamorarse de ella es una forma de no esperar el fin, de poder sentir y vivir hasta el último minuto. Un encuentro fugaz e inolvidable para ambos.

Y el crecimiento lastima. Y el dolor quizás robe la belleza, aunque dificilmente para Lucy, a quien la virginidad ni suma ni resta. Es un estado, y quiere pasar a otro. Dar un paso que no tendrá retorno, hacia un universo con menos certezas. Pero ya puede ver. Del camino que antes recorrió como ausente no quiere perder detalle. A esos ojos enamorados quiere devolverle su mirada, verse reflejada. Comienza el viaje. Ahora sí.

Cecilia Pérez Casco.

Nota publicada en el Megasitio de Cine Independiente. www.cineindependiente.com.ar